viernes, 25 de noviembre de 2011

EL CLAMOR ANTES DEL JUICIO

URUBAMBA. Una de las tantas calles del pueblo de Urubamba, en el Cusco.
Urubamba se caracteriza por mantener sus tradiciones milenarias, pero
también por ser un distrito comercial por la afluencia turística que tiene.
El pueblo está camino hacia la ciudadela de Machu Picchu.

EL MAESTRO LUIS ALBERTO SÁNCHEZ SÁNCHEZ

El seis de febrero de 1994 falleció en Lima el escritor peruano Luis Alberto Sánchez Sánchez (LAS), una de las mentes más lúcidas de América Latina. Se fue a los 93 años de edad y como escribió alguna vez, “vino con el siglo” y también se fue con él, pero nos dejó más de un centenar de obras y miles de recuerdos.
Lo conocí en las postrimerías de su vida, en 1983. Charlamos algunas veces. Unas, en su oficina del tercer piso del Congreso de la República; otras, en el local del Partido Aprista Peruano; pero más, en su viejo despacho del Jr. Moquegua, en el Cercado de Lima. Esa vetusta oficina, testigo de los años vividos por este insigne representante de la literatura peruana, quien fuera tres veces rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
- “Dr. Sánchez, me permite una entrevista”, era mi carta de presentación para acercarme a él. Nunca me preguntó los nombres de los diarios que representaba como periodista. Siempre estuvo dispuesto a contestar, aunque sea por unos segundos. Más de un reportero fue corregido públicamente por una pregunta inconsistente o errónea.
- “¿Cómo lo sabe? ¿Usted estuvo ahí?”. Era, muchas veces, la respuesta ante una pregunta comprometedora. Olvidábamos que LAS también fue un sagaz periodista, aparte de escritor, político, abogado y sobre todo, maestro.
Tuve el privilegio de iniciar con él mis entrevistas radiales en directo (favor que me hizo) para el entonces influyente Noticiero de Radio América. Posteriormente, la mitad de esa redacción pasó a formar parte de la entonces naciente “Rotativa del Aire” de Radio Programas del Perú (RPP), hoy, emisora líder en el Perú. En el verano de 1986, nos comentó que utilizaba un juego de luces para guiarse en su casa. A cada ambiente le correspondía un determinado color. Ya estaba perdiendo la vista.
Formó junto con Ramiro Prialé, Andrés Towsend Escurra y Armando Villanueva del Campo, el cuarteto de líderes herederos del pensamiento indoamericano de Vìctor Raúl Haya de la Torre. Fue amigo y compañero de estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de Raúl Porras Barrenechea, César Vallejo y Jorge Basadre, por citar a algunos librepensadores. En los años de persecución contra los líderes apristas, LAS enseñó en el Colegio Angloamericano, hoy San Andrés, centro de influencia evangélica presbiteriana. No solamente, el escritor enseñó en ese colegio, sino entre otros, también el fundador del Partido Aprista Peruano, Víctor Raúl Haya de la Torre. Tanto Sánchez como Haya han escrito artículos sobre la importancia del protestantismo en el desarrollo de los pueblos de América Latina.
Confesamos que “conocimos” a LAS en los años 70 a través de “La Perricholi”, y luego con “Perú: Retrato de un país adolescente”. Efectivamente éramos adolescentes. Sentíamos el espíritu del escritor cuando en lugar de ir al colegio, recorríamos la Alameda de los Descalzos, la plaza de Acho y el Paseo de Aguas en el distrito limeño del Rímac. Eran los años de la seudo revolución peruana que patrocinaba la dictadura militar del general Juan Velasco Alvarado. Mi padre trabajaba entonces en una editorial y los únicos “juguetes” que podía adquirir para sus hijos eran los libros que se imprimian en esa imprenta. Fue así que conocí a LAS, entre el aroma de un turbio café, la luz de una vela y mi casa de esteras. El LAS de carne y hueso era distinto al que habíamos leído cuando saltamos de la niñez a la vida adulta, pero con cara de niño.
Una tarde de otoño de 1989, estuvimos en el legendario restaurante “Cordano”. Ese día ingresó el maestro, probablemente llegaba del Congreso de la República. Saludó a los mozos y se dirigió a su lugar acostumbrado. Era el rincón que colinda con la calle Pescadería y se conecta con la estación ferroviaria de Desamparados. Probablemente ahí se inspiró para escribir sobre la vida de la muy limeñísima Micaela Villegas, amante indomable del virrey Manuel Amat y Juniet. El escritor no pidió nada. Sólo se sentó e inmediatamente le sirvieron, su también acostumbrado plato de los días jueves.

LA MÁSCARA EN EL TEATRO PERUANO

Histórico afiche promocionando el uso de la máscara en el teatro
peruano. Fue organizado en 1990 por el Instituto Riva Agûero,
 de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

viernes, 13 de mayo de 2011

LIBRO: GEMELOS PRISTINOS, EL TESORO DEL TEMPLO DE KUNTUR WASI

Por Yoshio Onuki | Kinya Inokuchi (Autores)

Los primeros momentos del desarrollo cultural en los Andes son puestos en una nueva perspectiva en Gemelos prístinos. El tesoro del templo de Kuntur Wasi, de los investigadores japoneses Yoshio Onuki y Kinya Inokuchi. El libro es una coedición del Fondo Editorial del Congreso y Minera Yanacocha.
Gemelos prístinos. El tesoro del templo de Kuntur Wasi será presentado el viernes 20 de mayo en la Sala Grau del Congreso de la República (5 de la tarde). Hablarán sobre la publicación los arqueólogos Luis G. Lumbreras y Enrique González Carré.
Yoshio Onuki llegó al Perú en 1960 integrando la Expedición Científica de la Universidad de Tokio formada con el objeto de profundizar el estudio de los orígenes de la Civilización Andina. La misión dedicó el primer decenio a explorar las ruinas de Kotosh, en Huánuco, luego acometió excavaciones en La Pampa, en Áncash (1969-1975), y continuó sus trabajos arqueológicos en Huacaloma (Cajamarca) entre 1979 y 1989. Desde 1988, puso en manos de Onuki las excavaciones en Kuntur Wasi, también en Cajamarca, que habrían de confirmar las hipótesis generadas durante las investigaciones anteriores. Kinya Inokuchi tuvo una participación central en tal proyecto, cuyas actividades continúan hasta el presente.
Los hallazgos de Kuntur Wasi conjugan la arquitectura, la orfebrería y la cerámica y, en conjunto, perfilan una nueva concepción del Periodo Formativo en los Andes. Contra las tesis de Julio C. Tello, canónicas durante largo tiempo, Onuki sostiene que Chavín fue un desarrollo local al que no se le puede reconocer el carácter de cultura matriz andina, según aseguraba el sabio, ni tampoco asignar una influencia general en el Perú primordial. De hecho, Onuki niega la existencia del Horizonte Chavín panandino, empleado ampliamente por los arqueólogos para sustentar la aparición de formas culturales complejas: agricultura intensiva, cerámica fina, textilería, arquitectura refinada y escultura acompañadas de una organización social en donde se identifica ya la forma Estado.
En su lugar, Onuki propone la existencia de distintas sociedades locales que, sin desdeñar el intercambio, estuvieron consagradas ante todo a un desarrollo interior en espiral. La renovación del “templo ceremonial”, ya identificable en Kotosh —muy anterior a Chavín en sus fases iniciales—, fue a su juicio el motor de las diversas innovaciones registradas en ellas. Hay que ver en la renovación arquitectónica de tipo ritual, dice Onuki, la causa, y no el efecto, como ha sido costumbre, de los progresos en la agricultura, la articulación social y los sistemas administrativos. Sorprendentemente, todos estos centros andinos habrían obtenido su fuerza de su amalgamación con pueblos de la costa, de los que adoptaron técnicas y conocimientos, y que serían en consecuencia las verdaderas fuentes de irradiación cultural en nuestro territorio. Para cerrar su propuesta, Onuki formula, con la valiosísima asistencia de Inokuchi, una nueva cronología, anterior en el tiempo, del Periodo Formativo en los Andes.
La primorosa nariguera de oro bautizada “Gemelos prístinos”, descubierta en Kuntur Wasi entre una profusión de objetos, manifiesta el notable refinamiento alcanzado por las culturas locales andinas estudiadas por Onuki. De paso, como solo se ha encontrado una pieza semejante en Calima (Colombia), fabricada 1.500 años después, inaugura una nueva veta teórica relacionada con las tesis del arqueólogo James A. Zeidler acerca de una “esfera pre-Chavín de interacción” en la zona tropical noroccidental de Sudamérica.      
La publicación se ha asegurado de sintonizar con el esplendor de los descubrimientos de Kuntur Wasi mediante un tratamiento gráfico lujoso, con amplia variedad de imágenes. Incluye a su vez un catálogo de todos los objetos hallados en el sitio arqueológico.